jueves, 9 de octubre de 2008

Enero/Febrero 2008




EL PORQUÉ DE LAS PEQUEÑAS COSAS


Si te paras un segundo a pensarlo, la vida puede (¿por qué no?) ser maravillosa…Calor, frío, dolor, alegría, piensa por un solo momento en todo aquello a lo que estas acostumbrado a sentir día a día, y ya sientes por inanición, por inercia. Sin embargo, creo que si tomásemos ese solo segundo de nuestras ajetreadas vidas para pensar en ello, seguro cambiaría nuestra forma de verlo.



Solo como sentir esas briznas de hierba mojada y puntiaguda bajo tus pies descalzos un día de lluvia, y como esas gotas de agua que caen del cielo corren y recorren tu cuerpo, llevándose el pesar, todo lo malo, buscando el suelo húmedo, y sentir esa misma humedad en tu piel, el cabello mojado, empapado de esa agua y…

Solo como sentir el calor de otro cuerpo, piel junto a piel, sintiendo sus roces, viendo el amor brillando en sus ojos, su frente perlada en sudor, haciéndoos uno mientras se para el tiempo y…

Nada como sentir ese amor, tan infinito y tan efímero, que tanto une y que tanto separa, causante de la felicidad de los seres humanos, dicen, causante de tantas sensaciones, inexplicable, nuevo, o gastado por los años, por estrenar, recién estrenado, o ya viejo…Ese amor que sentimos por cada una de las personas a las que verdaderamente amamos, tanto que quizá, de vez en cuando, nos duele…Tantas clases de amor que existen y tantas otras por inventar…

Solo como las miradas cargadas de intenciones que se lanzan al pasar, el roce de esa mano, la caricia de esos labios, como el sonido de una abeja, intenso, azuzante, como el sonido del fuego, ardiendo lentamente, las llamas crepitantes, crujiendo, quejándose, como el murmullo del viento que intenta hablarte, como las nubes que intentan imitar lo inexistente, como el cielo infinito, como la luz que reflejan tus ojos…Y como un pequeño caos, como un pequeño remolino, aquel que hace bailar a las hojas caídas de los árboles en otoño, así eres tú cuando, inesperadamente, reapareces y vuelves a entrar, sin permiso, desordenándolo todo, todo orgullo, todo altivez, todo superficialidad, esquivando esas miradas interrogativas, que hacen daño, que te despojan, que te hacen débil…

Y al mismo tiempo, los deseos te poseen e imaginas que nunca existirá nada igual como el sentir esos labios en tu boca, el recorrido interminable que llevan a cabo tus manos en su cuerpo, descubriendo lugares vírgenes, nunca señalados en ningún lugar, enredando vuestras vidas, en un estallido de sensaciones sin sentido, palpitantes, mientras que el tiempo discurre sin más…

Y tú, allí, de pie, parada, sin pensar en nada, con el aire detenido a tu alrededor, envolviéndolo todo, tan denso que casi se deja ver, y de pronto, descubres su olor, que te agarra suavemente, que te balancea…y tú solo puedes ver sus labios, suaves, húmedos, impacientes, esperando ese beso que no llega, y tus oídos buscan sus palabras, tus manos su cuerpo ya conocido y tu piel anhela su piel…

Y la lluvia cae, y moja tu cuerpo, empapa tu ropa…y puedes sentir al mismo tiempo todas esas sensaciones que te recuerdan que sigues aquí, que estás vivo, que por un momento pienses en blanco, olvidando el mundo y su dolor, sonando tan egoísta, concentrada en un punto fijo de la nada de tu mente, sintiendo el cansancio en tus músculos ya agarrotados, y como el aire, frío, helado, se cuela por los poros de tu piel, y como el agua resbala por cada recoveco, sin poder entrar, y sentir todo de repente, que te golpea, que te despierta, si como jamás lo hubieras sentido, echando a correr, dejando cada momento difícil, perturbable, nocivo, atrás, dejando atrás todo sentimiento de culpa, cada recuerdo desgarrador, dejando que la lluvia se lo lleve y que se escurra por cualquier sucia alcantarilla…Y corriendo sin rumbo fijo, ver tu vida despacito, y recordar, por un solo instante, quien eras, en quien te has convertido, como has llegado hasta aquí…porque de nada sirve si no sabes de dónde vienes, adonde vas y qué te ha traido hasta donde te encuentras ahora.

Y pese a todos los problemas e incidentes cotidianos siéntete afortunado si “te levantas con más salud que enfermedad, siéntete más afortunado que el millón de personas que morirán esta semana, si jamás has experimentado el dolor de una guerra, la soledad de un encarcelamiento, el vacio y el dolor del hambre…esto quiere decir que estas fuera del grupo de 500 millones de personas que si lo han sentido.

Si tienes dinero en el banco, en tu cartera o simplemente al alcance de tu mano y puedes comer cualquier cosa en un bar o restaurante, estás entre el 8% del mundo que posee riqueza.

Si has podido leer este mensaje tienes el doble de suerte porque alguien ha pensado en ti y además tienes más suerte que dos biliones de personas que no pueden leer esto porque son analfabetas…”

Así que si tienes un cuerpo sano, con buenas constantes vitales, que te permite correr, saltar, gritar, reír, llorar, oír, hablar…nunca subestimes el poder de las cosas pequeñas porque tienen más poder del que te imaginas, tan solo son sensaciones que te hacen agradecer, el poder disfrutar de un día más en tu posición, perteneciendo a este ajado y estropeado mundo.

“El porqué de las pequeñas cosas aparece en tu vida cuando menos te lo esperas. En horas de soledad, cuando sientes que tus brazos crecen de más y tu propio estómago se encoge y las costillas parecen no contenerte, piensas en cosas pequeñas para intentar controlar todo eso que crece demasiado (…)

Las pequeñas cosas te hacen descubrir un mundo del que de inmediato quieres huir, pero que también rápidamente comprendes que jamás conseguirás escapar. El castigo de las pequeñas cosas es que su recuerdo te revela demasiado sobre ti mismo de un solo golpe…”

Pienso en las olas de la playa rompiendo de derecha a izquierda y dejando en la arena la huella de su espuma, el mismo sol que ilumina tus ojos calentándome y la brisa de ese mar acariciando suavemente mi piel, sintiendo la calma que esto me provoca..seguir oyendo esas calmadas y furiosas olas…

“Y todavía estoy llorando sin explicación. Quizá por esta belleza que me refugia día a día mientras a nuestro alrededor todo se derrumba”

Todo a lo que rendimos culto, acaba resultando efímero…La belleza que acariciamos de otros rostros y cuerpos, para atraparla en la palma de nuestras manos toda la vida, “es generalmente capciosa y se alimenta de sentimientos, pero la belleza es la máxima expresión de las artes, es su destino”, es de lo que se basan los recuerdos con los que edificamos el presente…Todos pertenecemos a otro sitio, a otra oscuridad, a cosas que no tienen respuesta, donde la realidad son los sueños, donde todo da vueltas, donde se cree que se puede escapar, estando y no siendo, siendo y no estando…

“No es lo mismo estar que ser, entender esa diferencia es lo que hace a una persona sentir placer por escribir, y, a otras, sólo escuchar, y, si quieren, responder”




Y como si no les quedara un ápice de esperanza, aquellos que dicen buscar la verdad, vagan como movidos por hilos invisibles de los títeres y marionetas, manejados por unas manos que se escapan a la vista, yacen bajo el cielo azul, representando la obra de teatro que son sus vidas, siempre visibles, siempre al acecho como pájaros heridos que sobrevuelan mi cabeza, lamentándose, sollozando, y esos mismos sollozos me parecen insoportables, como si de las garras de un animal salvaje se tratasen, tan furioso como ellos, y me desgarrasen por dentro…



El futuro lleva, no se sabe si por desgracia, nuestros nombres. Nos ha hecho asistir a la degradación del mundo, con la sabia distancia de los que deben contemplar el sacrificio de otros para mantener viva la llama de la esperanza de la humanidad, sin poder manifestar repulso, alteración u horror, imperturbables, grotescos, no somos ni de un lado ni de otro, nosotros somos esa esperanza, y, antes de que todo termine, nos cederán, por obligación o quizá por derecho, los puestos de poder, y estaremos sanos y en pie para recoger las cenizas, arreglando un mundo en el que las mismas personas que ahora se retiran cabizbajas, hace poco nos llamaban “niños”. Nosotros evitaremos lo inevitable.

Porque la verdad que buscamos inconsciente e incesantemente toda la vida no necesita ser aclarada, la verdad simplemente es, y puede que sea dolorosa, y en el fondo no queremos conocerla pero en ocasiones es lo único que se puede ofrecer, lo único que se necesita oir, creer, gritar, porque la vida es compleja y al mismo tiempo sencilla, porque se trata solo de saberla vivir, porque nosotros cambiamos, y al mismo tiempo cambia nuestra escala de jerarquías y valores, porque todo cambia y, porque, quien sabe adaptarse más rápidamente al nuevo cambio, es quien más posibilidades posee de sobrevivir..

*Increíble pero cierto, irreal pero bello, rasgando el aire con las yemas de mis dedos, quizás si me pongo de puntillas logre alcanzar el cielo..*


Alba García Polo



Ahí lo tienes. Y aun falta más.


"Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte."
Konrad Adenauer

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